Un nuevo paradigma se abre ante nosotros, y sólo nosotros podemos aceptar la parte negativa, o la positiva.
Era algo vaticinado por la astrología, aunque no de forma precisa, ya que los astros «no saben» de virus y demás vida biológica de nuevo cuño, que pueda afectar a parte de la humanidad presente en nuestro planeta. Pero si de los designios y pasos que ésta puede dar hacia su futuro, y en este caso, llevamos ya años avisando que una gran catástrofe estaba señalando al hombre del siglo XXI. Los avisos fueron de muy diversas formas, pero ninguno fue oído ni tenido en cuenta. Tampoco es que nos extrañe: algunos designios son inamovibles y, aunque se avise de ellos, tienen que ocurrir porque desde ese punto, el cambio puede ser muy importante y colectivo.
Y aunque ya sirve de muy poco decir «os lo avisamos», si estamos dispuestos a trabajar sobre lo que ocurrirá después de todo lo que el mundo está sufriendo. Basándonos tanto en predicciones astronómicas ya elaboradas, como en nuevas cartas que están aun en fase de lectura y descifrado, podemos augurar algunos detalles que pueden ser de interés.
La humanidad tenía que cambiar, y todo lo que está pasando, nos llevará a nuevos paradigmas positivos y negativos. En el lado negativo (empezando por ahí para luego dar paso a las esperanzas por venir) estará un mayor control de todos nosotros, obligado precisamente por la gravedad de la situación planteada, aunque nos parece más gravedad mediática que real. En cualquier caso, los cambios que se producirán abundarán en nuestra situación social, cambiando poco a poco ciertos aspectos que hasta ahora estaban establecidos, y provocando con ello un mayor control de todos nosotros por los medios públicos, evitando así que exista otra situación de control. Nuevas normas que respetar nos esperan, y una nueva forma de pensar hacia nuestros «vecinos» provocarán que la humanidad se miren, unos a otros, con más recelo que antes.
En cuanto a la economía, vienen tiempos difíciles en los cuales aparecerán nuevas formas de ganancia aprovechando esos cambios sociales que se producirán. Además se vaticinan nuevos impuestos y gastos que tendremos que hacer para no sólo reconstruir lo perdido, sino construir esa nueva forma de vida y los gastos que podrán generar.
La salud lo será todo, pero veremos cómo el control de la misma pasa, cada vez más, de muchos a unos pocos. La lección en este terreno no se habrá aprendido, y nos esperan tiempos difíciles donde la psicosis provocarán, en años venideros, nuevas situaciones como la que estamos viviendo. Puede ser que veamos un nuevo escenario de guerra entre intereses y países: la psicosis como arma de fácil extensión.
La parte positiva, que la tiene aunque pequeña aún, está en una dirección: la humanidad ha aprendido que la solidaridad es un premio que contiene una recompensa que va más allá del reconocimiento o el dinero: una sensación de haber hecho lo correcto, y una corriente de amor y agradecimiento como antes no se ha sentido.
Esta será la principal arma que tendrá el ser humano a partir de ahora y que, bien usada, puede derribar de forma rápida los avatares negativos que se nos vienen encima. De nosotros depende salir de esta y desprendernos de todo lo pasado que nos fue mal, o seguir inmersos en una oscuridad que nos llevará sólo a peores situaciones sociales, económicas o políticas.
De todos modos, seguiremos sacando más lecturas de la carta astral que tenemos entre manos, la cual se nos antoja muy complicada en detalles.
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